La cultura como fenómeno colectivo
Podemos decir que la negociación internacional y el culturalismo societario, son conceptos que se relacionan; pero ¿eso significa que la cultura y la negociación internacional no pueden existir una sin la otra?, ¡Calma!, no es tan simple como parece.
La cultura es un proceso de aprendizaje que empieza en nuestra niñez y no está relacionada directamente con la personalidad individual. Es importante enfatizar que los seres humanos heredan diferentes personalidades, algunos son más parecidos que otros, y no están sujetas a un comportamiento grupal. Podemos ser impulsivos y extrovertidos, y una persona que ha nacido en otro país puede compartir rasgos de comportamiento similares. Por lo tanto, la cultura es nuestro comportamiento en sociedad, es nuestra conducta en cuanto a un grupo y puede ser distinta a la de nuestra propia personalidad; es correcto decir entonces que nos comportamos diferente en grupo que cuando estamos solos. Esto sucede porque la cultura es un principio, es universalmente aplicable, pero aún así no es igual alrededor del mundo.
Para responder a la pregunta anterior, podemos decir que la cultura existe por sí misma; pero, la negociación internacional no podría existir sin un entendimiento de las distintas culturas. ¿Por qué es así? Sucede que, si no aprendemos sobre otras culturas, no seriamos capaces de comunicarnos efectivamente y no podríamos llegar a nuestro objetivo, que es ‘lograr un acuerdo’. Aprender sobre otras culturas ayudará a nuestra habilidad de establecer una buena comunicación, lo cual es uno de los pilares fundamentales de una negociación exitosa.
Recordemos que la cultura es una programación colectiva de la mente, por lo tanto ¡se puede aprender!
El rincón ético
Las multinacionales están haciendo esfuerzos considerables para gestionar la ética organizacional. Más que meritorio, es moralmente obligatorio. Sin embargo, la creencia de que la ética es la misma en todas las culturas es una suposición errónea. Las multinacionales que adoptan prácticas éticas de su país de origen pueden fracasar en el logro de sus objetivos si las trasladan a otros países sin tener en cuenta las normas culturales del local.
Una interpretación deficiente de la ética pone en peligro la integridad de la empresa y genera hostilidad y rechazo a estas prácticas de gestion. (Weaver, 2001)